Las llamadas metodologías activas son un conjunto de estrategias, métodos y técnicas que ponen al estudiante – independiente de su nivel educativo – en el centro de la atención y como protagonista de su propio proceso de aprendizaje.
Lo anterior implica, entre otros, una plena confianza en su capacidad y autodisciplina para que el desarrollo de su estudio sea supervisado por si mismo.
Estos modelos para educar fomentan al trabajo en equipo e incentivan el pensamiento crítico, analítico y creativo, dejando de lado los procesos de memorizar y repetir contenidos, obsoletos hace tiempo.
Son formas de trabajar en el aula que incentivan al estudiante a desarrollar sus habilidades, transitando del saber al saber hacer, preparándose así para situaciones de la vida real en su quehacer profesional actual o futuro.

Probablemente la metodología activa que ha dado mejores resultados en la enseñanza on-line, tanto en colegios como en universidades, es la llamada “Aula Invertida”.
Es un sistema de enseñanza asincrónica mixta, donde una parte de las horas lectivas es utilizada para el autoestudio o también llamado estudio auto supervisado.
A modo de ejemplo, si una asignatura tiene ocho créditos y las clases una duración de dos unidades académicas – totalizando tres horas, aproximadamente – el estudiante debería dedicar cinco horas al autoestudio, ya sea de manera individual o en grupos colaborativos.
La metodología tiene una serie de ventajas, entre ellas:
- Permite acortar las sesiones lectivas
- Avance de manera controlada, al ritmo que más acomoda a los estudiantes
- Nivelación de conocimientos del grupo de estudio, previa a una sesión
- Sesiones lectivas con mayor profundidad, más orientadas a la exploración, explicación y aplicación de los contenidos
- Mejor retención del conocimiento, demostrada en Como Aprendemos.
Entre Ver & Oír y Hacer hay una brecha positiva del 30% en cuanto a la retención de conocimientos, a las dos semanas de impartida la materia.
Existe abundante evidencia para afirmar que las sesiones sincrónicas on-line deben ser diseñadas de una manera muy distinta a las presenciales.
En primer lugar, los estudiantes deben tener un rol mucho más activo en la sesión en comparación con lo habitual en la enseñanza sincrónica y presencial.
Esto se puede lograr con diferentes metodologías activas, como preguntas, debates, foros, presentaciones, evaluaciones cortas, de pares, y otras actividades más lúdicas.
En segundo lugar, la concentración y atención empiezan a decaer luego de 20 minutos, aproximadamente.
Por ende, no se recomiendan bloques de contenido lectivo que se extiendan por más de media hora, sin una actividad o pausa.
Asimismo, está demostrado que en las horas de la tarde la capacidad de aprendizaje disminuye considerablemente debido al cansancio, por lo que se recomienda concentrar la mayor parte del conocimiento “duro” en las horas de la mañana y dedicar la tarde a actividades más dinámicas como ejercicios de aplicación, trabajos colaborativos y pruebas, entre otras.
Considerando lo anterior, nuestra recomendación para cada módulo de ocho horas es dividirlo en mínimo dos horas de auto estudio y seis horas lectivas.
También se podría dejar un espacio para el auto estudio en el mismo día de la clase, sin embargo, la experiencia demuestra que la incubación tiene un rol muy importante en los procesos de aprendizaje.
En otras palabras: la retención y comprensión de la materia mejoran considerablemente si hay una discontinuidad o período de “pausa” entre las lecturas o ejercicios auto gestionados y su discusión o aplicación en el aula.
De este modo, la estructura propuesta para las sesiones es como se grafica a continuación, con una pronunciada preferencia para “Aula Invertida”.

El Método Socrático (Socratic Seminar. Adler, M.J., The Paideia Proposal – 1982), también llamado mayéutico, está basado en la teoría del filósofo griego Sócrates, que propone a los estudiantes una búsqueda interna, desde el corazón, para descubrir que ya saben la verdad y que pueden alcanzarla a través de las preguntas.
Considera la importancia de enseñarles cómo desarrollar el pensamiento individual y crítico, por sobre la obligación de memorizar respuestas supuestamente correctas.
Los Seminarios Socráticos son altamente estructurados, emplean el diálogo constructivo o la indagación apreciativa y se basan, típicamente, en el análisis literario o artístico, pero pueden abarcar un amplio temario más allá.
El rol del moderador consiste tanto en plantear interrogantes como en contestar las preguntas de los estudiantes con contra preguntas, orientadas hacia la búsqueda de las respuestas posibles.
Está demostrado que este método estimula el pensamiento divergente por sobre el convergente y que produce resultados favorables en diferentes disciplinas como la lingüística, la síntesis de ideas, la evaluación de conceptos y el razonamiento inferencial, que profundiza en el proceder desde premisas generales hacia una conclusión necesaria y específica.

El ABP es un método que tiene sus orígenes en el Departamento de Salud de la Universidad McMaster (CAN), a fines de los años sesenta.
Está centrado en el estudiante, e impulsado por un desafío presentado, donde los equipos de estudio se involucran activamente en la solución de problemas reales, complejos y multi-factoriales.
Los estudiantes identifican lo que saben, lo que necesitan saber y buscan la manera adecuada para obtener la información adicional que requieren para solucionar el problema.
El rol del instructor es orientar (similar al del moderador en los Seminarios Socráticos o en “Brainstorming”, por ejemplo), supervisar el correcto desarrollo del proceso, mantener la disciplina mental de los participantes, hacer preguntas inductivas y estimular la discusión.
Al igual que otros métodos centrados en el estudiante, ABP pretende superar las limitaciones de la educación de la era de la Revolución Industrial – fundamentada en la memorización – y es producto de un entendimiento más avanzado entorno a los procesos de aprendizaje de los seres humanos.
Aunque fue originalmente orientado a la educación en las ciencias de la salud, ABP – y métodos similares – se han convertido desde entonces en herramientas fundamentales del aprendizaje universal en la educación secundaria, superior y de postgrado.